Luego de intentar con karate (a los 8 años), tenis (a los 11 años), soccer (a los 12,13,14,15... todavía me gusta), rapel (14 años), spinning (a los 16), y así... hasta que llegué al yoga hace unos días y ¡naaaaa...! No saben qué cosa más entretenida.

Pope intentó disuadirme alguna vez diciendo que eso ni era un deporte, que era para forevers y que si no sudaba no servía. De todos modos lo ignoré y la semana pasada que empecé con el gym (término tan mamerto que nunca más será utilizado en este blog) vi que había yoga y obviuslyqueporsupuesto que entré a la clase. Desde ese día hasta hoy llevo dos clases y ya siento que lo amo jojo.

Efectivamente, no sudo... o no sudo tanto como en Kick Boxing (qué también es lo más divertido del mundo, pero luego les cuento bien) o con el maldito Spinning (...que detesto con todo mi corazón, pero ni modo) y sin duda siento que me ejercité al terminar la clase. Además, algo me dice que esas posiciones me serán útiles en otro tipo si situaciones je... je... je...

Y no, tampoco es un deporte pero es algo mucho más 'acá'. Resulta que el yoga es una 'disciplina milenaria' que proviene de Oriente, específicamente de la India, con una tradición de 2000 años: AAAH VERDÁ POPE!! ¿¿cuántos años tiene tu futbolucho eh, eh??

Pero sí, sí es para forevers jajaja... ¡¡pues lo siento!! ¡¡Yo no inventé las etiquetas sociales de los deportes y de los no-deportes!! Aunque es bien padre empezar y terminar la clase con los mantras, y que los chacras y que las vibras yquenosequé. En la clase de hoy, por ejemplo, los ejercicios fueron encaminados a suprimir nuestro ojo interno que impide relacionarnos adecuadamente con los demás y al final, cerramos con un lindo mantra tibetano del amor... mmmmmmm... ¿del 1 al 10 qué tal chairo les suena eso...?


En fin, el jueves me toca otra vez lo del yoga y los demás días a sudar haciendo ejercicio "que sí es ejercicio". Por cierto: ODIO SUDAR