La insoportable vanidad de mi ser...

Nota del autor: la siguiente entrada no contendrá de modo alguno material consistente, de alto nivel intelectual, ni profundidad y ni siquiera pretende ayudar a encontrar la esencia misma de la existencia. Sino que por el contrario estará cargada de alto contenido banal y sin algún propósito aparente. Así que habiendo hecho esta declaración les sugiero que si el día de hoy andan con espíritu de comprender al mundo vuelvan otro día, o mejor no vuelvan... (¡no! ¡no es cierto! ¡ sí vuelvan! ¡vuelvaaaaaaaaaaaan...!)

Venga de ahí...:

Seguro que todos hemos pasado por el necesario 'trámite' de visitar al peluquero/estilista o demente-malnacida como decidí llamar a la mía este fin de semana. Después de mucho meditarlo (aaaah ya sabrán que yo sí tengo dilemas morales en qué pensar) consideré prudente experimentar un cambio dramático en mi apariencia.


¿Quién paga varios pesos para verse mal y salir peor? ¿Quién? Pues yo. Sólo yo decido ignorar a todas aquellas voces de la experiencia que me dijeron: "Nooo Cora, la base es lo peor que te puedes hacer en el cabello" (aún las escucho, y me atormentan por las noches) pero claro, decidí aprender la lección de la manera difícil e ignoré aquellos -ahora lo sé- sabios consejos.


La 'base' o 'permanente' es un tratamiento capilar disque estético que consiste en enchinar lindos cabellos lacios como los que solía tener, para darles un toque rizado según el tiempo que se aplique una loción de base alcalina (el tioglicolate de amonio) bla bla bla.... fue muy recurrida en la desastrosa década de los 80* y el caso es que me arruiné el cabello.


Pero no todo es mi culpa, he de agregar. Me pareció oportuno mostrarle a la señorita estilistahijadep#ta una imagen clara de cómo quería que fuesen los resultados en mi cabello; aunque al parecer consideró que en realidad yo no sabía lo que quería, ni lo que me convenía en la vida y por eso hizo, básicamente, lo que su retorcida mente creyó conveniente.


Algunos me han preguntado ¿y qué le dijiste a la mujer cuando terminó? ¿que qué le dije? Nada, estaba privada (jaja) tratando de ignorar a la pequeña asesina en serie que llevo dentro (no, no sólo yo, todos llevamos uno dentro) y así: me limité a pagar la estafa y salir del lugar.


Moralejas:
  1. No ignoren los testimonios de todos aquellos damnificados de las bases/permanentes: ¡Todo es cierto!
  2. La ociosidad es la madre de todos los vicios ...y de las desgracias capilares: ultimadamente, yo tan a gusto que estaba con mi lacia e insípida cabellera. Mejor lean.
  3. Asegúrense de que su estilista no: a) esté drogada, b) se encuentre en estado de ebriedad c) padezca de sus facultades mentales d) todas las anteriores...


Ya pondré un día de estos el resultado final, mientras tanto seguiré con mi bolsa de papel estraza en la cabeza. Saludos.



*Para más información consulte "Historia de la permanente" http://www.peluqueros.com/peinado/peinado_015.html -jaja así es, existen links así-)

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