La playa es uno de esos lugares a los que no se debe ir con la familia mientras se tiene veintitantos... ¿o cómo ven?
Es que todo empezó mal desde el condenado momento en que nos mandaron (a Cecilia y a mí) a la parte de hasta atrás de la camioneta acompañadas por el mentado refri (nunca odié tanto un par de chelas frías).
Serenidad y paciencia... QUE TODAVÍA FALTA HERMOSILLO (y todo el regreso).
2 comentarios floripondios:
JAjajajajajajaja
Jajajajajjajaja
Jajajajajaja
Que chido.
jajaja, sí me caes re bien corita, muy simpática muchachita jaja.
Publicar un comentario