Hoy me di cuenta de lo afortunada que soy por trabajar en La Selva


Porque al final del día andaba meserando y me abordaron unas chavas: "Oye que un pastel, quel' tiramizú, questo quelotro y porfa ponle una velita y tráeselo a mi amiga, la que está en el baño".

Ps bueno, fue precisamente en ese instante que pensé: "Maigod, si esto fuera Chillis, Friday's, Italiannis, etc etc... tendría que llegar con el pastel y cantar alguna canción tetísima. Qué gusto, qué alegría."

Siempre he sentido tanta pena ajena por los meseros y el homenajeado... ¿Quién pensó que era una buena idea?

Sonreí (tanto como pude), entregué el pastel con la velita... y hasta le dije "Felíz cumpleaños". Lástima que nadie me tomó una foto, pero me hubiera gustado ver mi cara.

Ya me voy. Mañana es mi día de descanso y siento que debo ir a comprar cosas.

PD: Deséenme suerte mañana. Ahora no puedo decir nada o tendría que matarlos y pues no.

3 comentarios floripondios:

briones dijo...

oh si!

despues le la martirizante jornada laboral solo queda una forma de desquitarse y esa es gastando (ya sea de forma buena o mala, aunque por lo regular da la misma satisfaccion) el dinero ganado


suerte!

Kevino dijo...

Dedos cruzados, lo prometo.

Anónimo dijo...

wuau yo estuve ese diaaaaaaaa¡¡¡

mmh see que pena ajenaa jajaa

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Me gusta morder a mis seres queridos. Tiendo a abusar de los paréntesis y puntos suspensivos. No importa cuánto lo intente, no puedo dormir antes de las 12.

Yerba mala nunca muere

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